"Porque hay eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y también hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte." (Mateo 19:12)
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"Porque así dice el SEÑOR: A los eunucos que guardan mis días de reposo, escogen lo que me agrada y se mantienen firmes en mi pacto, les daré en mi casa y en mis muros un lugar, y un nombre mejor que el de hijos e hijas; les daré nombre eterno que nunca será borrado." (Isaías 56, 4-5)
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"En aquel tiempo, el ángel del Señor dijo a Felipe:
- Ponte en marcha hacia el sur por el camino que va desde Jerusalén a Gaza por el desierto.
Él se puso en marcha y se encontró con un etíope, hombre de confianza y ministro de Candace, reina de los etíopes, y encargado de todos sus tesoros. Había ido a Jerusalén a cumplir sus deberes religiosos y regresaba sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías.
El Espíritu dijo a Felipe:
- Adelántate y ponte junto a ese carro.
Felipe fue corriendo y, al oírle leer al profeta Isaías, le dijo:
- ¿Entiendes lo que estás leyendo?
Él respondió:
- ¿Cómo voy a entenderlo si nadie me lo explica? Y rogó a Felipe que subiera y se sentara con él.
El pasaje que leía era éste:
Como oveja fue llevado al matadero;
como cordero, mudo ante el esquilador,
tampoco él abrió su boca.
Por ser humilde no se le hizo justicia.
Nadie hablará de su descendencia,
porque ha sido arrancado de la tierra.
El etíope preguntó a Felipe:
- Te ruego que me digas de quién dice esto el profeta, ¿de sí mismo o de algún otro?
Felipe tomó la palabra y, partiendo de este pasaje de la Escritura, le anunció la Buena Noticia de Jesús.
Siguieron su camino y llegaron a un lugar donde había agua. Entonces el etíope dijo:
- Aquí hay agua. ¿Hay algún impedimento para que me bautices?
Acto seguido, el etíope mandó detener el carro, ambos bajaron al agua y Felipe lo bautizó.
Después de subir del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El etíope no lo volvió a ver, pero continuó alegre su camino.
Por su parte, Felipe fue a parar a Asdod y, partiendo de allí, fue anunciando la Buena Noticia en todas las ciudades por las que fue pasando hasta llegar a Cesárea." (Hechos de los Apóstoles 8,26-40)
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Lucas prosigue su presentación de la difusión del Evangelio a grupos cada vez más alejados del judaísmo oficial. Tras los samaritanos nos encontramos con un representante de la diáspora, probablemente alguien que no era judío desde el punto de vista étnico y que, sin embargo, formaba parte de la comunidad judía en calidad de «prosélito». Se trata de un etíope; por consiguiente, viene de lejos y llevará lejos el Evangelio. Es un eunuco, alguien que, para el Deuteronomio, no puede ser admitido en la comunidad del Señor, aunque para Isaías ya no será excluido y Jesús lo reconoce como algo natural, incluso habla de los eunucos "que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos", y no creo que Jesús estuviera pensando en ningún tipo de castración... Esto va más lejos...
A este personaje le envía Dios a Felipe a través de su ángel, y por medio del Espíritu le guía hacia la obra que debe llevar a cabo. La ocasión se la brinda la Sagrada Escritura, mientras que la mediación es apostólica. A partir de la profecía de Isaías sobre el Siervo de YHWH lleva a cabo Felipe su misión salvífica de predicador del Evangelio, abriendo los ojos a la inteligencia plena de la Escritura.
El eunuco plantea con claridad la gran pregunta de siempre desde los orígenes: «Te ruego que me digas de quién dice esto el profeta, ¿de sí mismo o de algún otro?». Con la mediación del apóstol, del testigo de la resurrección de Jesús, de quien la ha experimentado y con la gracia de Dios es posible disipar la duda de quien, pensativa aunque sinceramente, va buscando la verdad...
Hoy esta palabra me ha interpelado profundamente pues me veo reflejado en ella,"eunuco" despreciado por el oficialismo eclesial, recuperado por Cristo que manifiesta la voluntad del Padre que no ha hecho ninguna creatura mal... y que me llama, como a Felipe, a transmitir la Palabra a los humillados y ofendidos, a los despreciados y descartados, una palabra de Salvación y de plenitud humana.
Un abrazo
Mudejarillo
País Vasco