En mi ignorancia, pensaba que eso ya no se decía a los niños: pero cual fue mi sorpresa cuando en la acera del colegio, lo escuche a un papá decírselo con mucha seriedad a su hijo, ya no tan pequeño. ¡Dios te castigará!
Cuando reducimos la religión a prohibiciones, mandatos, leyes... la estamos desvirtuando.
Nos conduce por el camino contrario que nos enseñó Jesús.
YOEL