Los judíos esperaban un Mesías, rey; no un Mesías misericordioso, amor. No pueden aceptar a Jesús, como hay católicos que Francisco les pone de los nervios.
Nuestra religión se semeja más a la de los judíos que a la de Jesús. Es más fácil cumplir con las ceremonias, que cambiar nuestro corazón. Amar es olvidarse de uno mismo. Gastar tu dinerito para ir a la india a ayudar a los más pobres...eso es mucho más difícil que obedecer unos preceptos y realizar unas ceremonias.
YOEL. C. Valenciana