Los fariseos y doctores de la ye se creían libres por que eran hijos de Abraham. Nosotros podemos creernos libres por ser seguidores, admiradores... de Jesús de Nazaret. Pero la verdadera libertad solo la da la verdad. La verdadera libertad es la que nos permite ser honestos con nosotros mismos y los demás. La verdadera libertad rompe las cadenas que nos atan a los ídolos: el poder, el dinero, la violencia, el egoísmo, la murmuración...
La verdad que nos hace libres es cuando nos creemos que Dios es Amor. Cuando hacemos pasar la ley por encima de la misericordia, estamos demostrando que no conocemos a Dios.
YOEL. C. Valenciana.