Valencia, 7 de febrero de 2017.
Señor, Tú que me creaste y diste vida a mi cuerpo, Tú me muestras tu imagen en cada instante de mi jornada. Esta mañana te he visto en la esquina de la Calle Colón, cuando salía del metro. Estabas sentado sobre un trozo de cartón en la acera, con tu ropa sucia y una cajilla de cartón frente a ti. Habías escrito en un cartel "TENGO HAMBRE".
Antes de entrar en la oficina, te he vuelto a ver en el banco de un parque, sentado junto a un perro y bebiendo vino de una botella.
Mientras almorzaba en el bar, te he visto en la pantalla de la televisión, cruzando el Mediterráneo sobre una barca de madera, en forma de mujer, hombre y niño, asumiendo que tu vida dependía de una simple ola capaz de volcar la embarcación.
Esta tarde en la universidad, te he visto en las escaleras de la facultad. Eras un chico que estaba llorando y cuando he pasado por delante de ti, te has limpiado las lágrimas de la cara y has fingido, quizá por vergüenza, que no habías llorado en realidad.
Con frecuencia entro en una Iglesia, y el tiempo que aguanto dentro, trato de buscarte en el silencio de la oración, pero no consigo resistir mucho antes de darme por vencido y sentir que estoy en un museo de reliquias o quizá peor, un museo de hipocresía y apariencias.
Sin embargo, no me cabe ninguna duda de que Tú estás conmigo, amándome, cuando salgo a pasear solo en la playa, y contemplo la inmensidad de Tu Amor, más bella que el mar en el atardecer. Sé que estás conmigo cuando comparto una simple sonrisa con alguien que veo en la calle, o me contengo palabras de crítica y reproche con quien tengo delante, o también cuando te dirijo un "buenos días" o cualquier gesto amable, seas la persona que seas.
Tú me diste la vida y en ella me diste el don de ser homosexual y poder amarme tal como soy, con la alegría de poder compartir ese amor con mis seres queridos todos los días. Sea mi novio, mi hermano, mi compañera de clase, mi vecino, mi profesora, mi gato, o cualquier ser vivo cuya vida coincide aquí con la mía, es una oportunidad para dar lo mejor de mi corazón y multiplicarlo con la fuerza de mi Fe.
"Lo que hicisteis a mi hermano más pequeño, a Mí me lo hicisteis" (Mt 25:40).
En mi oración,
JULIO.