Ayer celebrábamos el primer mártir.
Hoy el discípulo amado del Profeta de Nazaret.
El Evangelio nos lo presenta corriendo hacia el sepulcro, dejando a Pedro entrar primero y luego, viendo y creyendo.
El Evangelio de Juan es el más simbólico. Nos presenta una serie de signos para que creamos. Él vio y creyó.
Meditemos los signos que aparecen en el Evangelio. Luego, sabiendo ver los signos que nos presenta la vida y creyendo que en ellos está la voluntad de Dios.
Por desgracia vivimos ciegos a la llamadas que recibimos a nuestro alrededor. Llamadas a amar. Si las sabemos ver, también creeremos como Juan.
YOEL.c.g. VALENCIA