Dicen que vienes, y siempre es tiempo, pues te esperamos en la tierra sedienta de milagros, en la duda que nos muerde, en el sollozo ajeno que estremece e inquieta.
Te acercas en el vendaval que a veces nos sacude, en el arrumaco que nos aquieta.
Te nos llegas, sorprendente. Desbordas nuestra espera de palabras nuevas con respuesta eterna.
Y estás muy dentro y muy fuera.
Vienes volviéndolo todo del revés, puerta imprevista a un cielo de pobres y pequeños, hombro en que se recuestan los heridos, los culpables, los enfermos.
Ya, Señor, Dios-con-nosotros, Dios nuestro.
https://comunidadanawinzaragoza.wordpress.com/2016/12/20/martes-20/
Un abrazo
D.G.;Zaragoza