A Ti, Señor, a quien no se te ocultan los deseos, mira nuestro corazón que espera anhelante la venida de tu Hijo y llénanos de alegría con su presencia.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza
A Ti, Señor, a quien no se te ocultan los deseos, mira nuestro corazón que espera anhelante la venida de tu Hijo y llénanos de alegría con su presencia.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza
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