Dentro de pocos días tendré la suerte de poder orar en la iglesia de San Antón, en Madrid, iglesia donde se cumple el verdadero compromiso cristiano: atender y rezar por todos, y tener las puertas abiertas las 24 horas, para quién lo necesite....
Y en ese lugar santo,por supuesto los escorpiones que aman un cristianismo torturador, malvado, hiriente y enfermo,han puesto su mirada y ven en el lo que son ellos: horror y maldad.
Afortunadamente, en las iglesias católicas ya no existe esa religiosidad que mordía, arañaba, desgarraba y golpeaba de esa gentuza que querría quemar a la mitad de la población humana, pero desgraciadamente estamos muy lejos de que pueda haber una San Antón en cada parroquia del orbe...