Señores importantes del Vaticano, es que no se han enterado de que no les hacemos caso ni los necesitamos. Nosotros tenemos al Profeta de Nazaret que nos dejo escrita una preciosa carta de Amor que conocemos como Evangelio, que es la buena noticia para nosotros.
Cuantas veces lo leemos, otras tantas nos sorprende. Ustedes no las pueden entender, yo creo que ni las han leído, están escritas para la gente sencilla, la gente pequeña y, quedan ocultas a los sabios y soberbios, vanidosos y corruptos. No pueden seguir al Pastor por que saben más que Él y les repele el camino de la humildad. Quienes se las dan de inteligentes, se alejan de Él.
Jesús se alegra de que sus discípulos "vean" y "oigan". Hoy también podemos ver y oir. Pero para ello hemos de ser sencillos. Sólo desde la sencillez podemos ver a Dios en el otro, en el pobre, el refugiado. Desde la sencillez podemos escuchar el lamento del necesitado y solitario mariquita al que sus reverencias mariquisimas dan Cristazos.
Ser discípulo de Jesús es saber mirar el mundo con ojos transparentes, con ojos limpios. Su reverencias no miran con los ojos, miran con semáforos.
José Mª YOEL. Valencia