Para orar necesitas método, orden, disciplina, pero también flexibilidad, porque el Espíritu Santo puede soplar en el momento menos pensado.
Ilusión, no; esperanza, sí: la ilusión se desvanece, la esperanza permanece.
Una fuerte agitación por sentir devoción sensible produce fatiga mental y desaliento.
Nunca olvides que la vida con Dios es vida de fe. Y la fe no es evidencia, sino certeza.
https://comunidadanawinzaragoza.wordpress.com/2016/12/06/martes-6-2/
Un abrazo
D.G.;Zaragoza