- El Profeta de Nazaret, nos dice que es como la levadura o como el grano de mostaza.
Estas dos parábolas nos dicen lo mismo. Que el Reino de Dios nace de lo pequeño, un grano de mostaza, la levadura, y no de las grandes acciones.
El grano de mostaza y la levadura es el amor. El único que nos hace crecer. Que hace que demos lo mejor de nosotros.
Pero este amor necesita condiciones para transformarse en algo grande. Una tierra que la acepte, una humedad que lo mantenga vivo. Por desgracia, en nuestra sociedad hay demasiadas cosas que dejan muestra tierra estéril: el egoísmo, el orgullo, las ansias de poder. Si sólo pensamos en nosotros ese grano morirá.
Otra condición es la paciencia. La levadura necesita tiempo para poder fermentar la masa. Nosotros querríamos que el mundo, nuestras familias, nuestros amigos, los compañeros...cambiaran en un instante, pero es poco a poco que puede hacerlo. Es nuestro amor aplicado día a día, el que conseguirá que la sociedad de nuestro entorno cambie y nos acepte.
YOEL. Valencia.
Pd. El domingo fui a escuchar una conferencia de un Rabino sobre el judaísmo y mundo actual. Al salir me di un trancazo, caí escaleras abajo y voy cojo, lo peor no es el dolor y ridículo que me sentí al momento; lo peor vino después. Estoy bien, es una anécdota. Me acordaba del salmo "Al ir iba cantando y al volver llorando"
