Te he visto como un río
de omnipotente amor,
y te he llamado "mío",
¡todo mío, Señor!
Mío en el escondite
de tu Pan y tu Vino,
cotidiano convite
para el largo camino.
Mío, día tras día,
mi gran y único Amigo
en la uva y en el trigo eres Eucaristía,
en mí, por mí, conmigo.
Te he visto como un río
de incomprensible amor,
y te he sentido mío,
¡todo mío, Señor!
(Montserrat Maristany)
Un abrazo
D.G.;Zaragoza