Hay una parábola que sorprende. ¿Jesús alaba la corrupción? En la actualidad salen en la prensa diaria "señores y señoras" de todos los colores...
Recordáis aquel mayordomo que había malgastado los bienes del hombre rico, y cuando ve que van a despedirlo, hace trampas para hacerse amigos que lo reciban en su casa. Y el hombre rico lo alaba por su sagacidad. ¿Jesús alaba esta conducta? ¿Qué quiere decirnos?
- Todos somos mayordomos infieles. Estamos desbaratando el mundo que Dios nos ha dado, nuestras cualidades... Por eso debemos buscarnos amigos que nos acojan. ¿Quiénes son esos amigos? Recordemos aquel fragmento del Juicio en el que Dios abría los brazos a los que habían dado de comer al hambriento y vestido al desnudo... Esa es la astucia que Jesús nos muestra en el texto. Ya que nuestra vida no es ejemplar, busquemos amigos que nos acojan: parados de larga duración, desamparados, abandonados de familia y amigos, emigrantes, enfermos... Son los que nos abrirán las puertas del Reino.
YOEL. Valencia