No existe belleza mas alta en este mundo que la de los limpios de corazón, que en todo ven al Señor.
Un corazón limpio es la perla preciosa que refleja en si todas las luces del universo; es la lámpara encendida que alumbra a todos los moradores de la casa.
Un corazón limpio lo es porque se ha dejado mirar -iluminar- por la gloria de Dios: solo
Él, que me ama, transforma en belleza, con el fuego de su mirada, todas mis fealdades.
Bienaventurados ellos porque nos señalan en todo tiempo y lugar, las huellas inequívocas del paso de Dios entre los hombres.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza