" Nadie corta un trozo de un vestido nuevo para arreglar un vestido viejo; tampoco se echa vino nuevo en odres viejos."
Aquellos Judíos, que habían conocido a Juan el Bautista y su vida austera, se extrañaban que los seguidores de Jesús no llevaban ese estilo de vida. Jesús les habla del "novio". Mientras Él está con ellos, han de vivir alegres. Cristianismo y alegría deben ir siempre juntos si creemos que Jesús está con nosotros. Ya sabemos aquello de que un santo triste es un triste santo. En nuestra sociedad reina a veces la tristeza, porque hemos perdido de nuestra lado a Jesús, nos hemos alejado de Él. Su Palabra es el vino nuevo que debe llenarnos de alegría. Ante nosotros se abre un abanico de posibilidades, de acciones que debemos hacer para conseguir un mundo mejor. Eso sólo lo haremos si permanecemos junto al Profeta de Nazaret. Por difíciles que sean los tiempos.
YOEL. Valencia