De buena mañana leyendo el periódico y tomando un café, del extremo de la sala, escucho la voz satisfecha de "la jesusa": "El vaticano no entiende la homosexualidad".
Mea maxima poenitentia vita communis, ya se ha quedado agusto al joderme el día. Cómo me cuesta poner la otra mejilla, le mande un misil verbal y se fue pitando, supongo que a rezar por mi salvación.
Hay personas muy pias que disfrutan con los cilicios y las disciplinas, no se han enterado del Evangelio "mi yugo es llevadero y mi carga ligera"
Parece que los hombres nos empeñamos en todo lo contrario. Moisés proclama los diez mandamientos y los judíos crearon más de seiscientos preceptos que había que cumplir.
Jesús nos dejó dos mandamientos, amar a Dios y al prójimo. Los sabios y entendidos añaden los mandamientos de la iglesia y todo el tocho del derecho canónico.
Jesús llama a los agobiados y cansados de la vida, a los que no ven nada y los sabios de la iglesia los excomulgan.
Cuando me hacen daño, no veo nada, se me turba la mente, menos mal que El está ahi para consolarme... Jesús, desde su divinidad es más humano que yo.
YOEL. Valencia