Desde dentro de la iglesia, la familia, los compañeros de trabajo... también se hace violencia contra el Reino. Cuando estamos usando el Evangelio como arma para amenazar, castigar, excluir, prohibir....hacemos violencia.
Cuando utilizamos el Evangelio para conservar privilegios, para preservar una posición superior, un estatus determinado...también estamos haciendo violencia al Reino.
Existe todavía una violencia más sutil. Nuestro egoísmo, que nos lleva a posponer el Reino para "el otro mundo " y seguimos con nuestro cristianismo de bla,bla, bla y sin compromiso.
Porque no olvidamos, el Reino no son los templos,ni las ceremonias, ni los documentos. El Reino no es el paraíso en otro mundo...El Reino es la presencia de Dios aquí y ahora. Y eso se consigue haciendo que el hombre sea cada día más hombre...
YOEL. Valencia