En este día de los abuelos me gustaría transmitir a los mayores algo que se está perdiendo en la actual cultura de la prisa y el ruido. Se trata de aprender a gozar con el descanso tranquilo e incluso -me atrevo a decir con cierto humor- con un suave aburrimiento descansado.
Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, infantilmente usados, nos arrebatan la capacidad de estar con nosotros mismos, de meditar, de callar, de descansar.
Porque realmente el modo en que se concibe el ocio -también por parte de la gente de la tercera edad- es siempre a base de distracciones clamorosas, de viajes, de ruidos; y así no se descansa, no se reposa.
San Juan de la Cruz habla en su poesía de “soledad sonora”; y fray Luis de León nos recuerda: “Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido”.
La persona mayor debe ser capaz de estar tranquila, de estar sosegada consigo misma. Ello le permitirá mantener una conversación amable, de modo que pueda aprender a gozar con la tranquilidad sin echar de menos otros ruidos, otras distracciones.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza