Padre de bondad, cuando repaso el día transcurrido, veo que en él se han mezclado muchas cosas.
Ha habido aciertos, cuando finalmente tuve el valor para acercarme al otro y hablar con él.
He tenido el apoyo de mis amigos y la experiencia de un amor que me hace feliz.
Pero también me he irritado por el trabajo hecho a medias.
He criticado a los que esperan algo de mi, algo que no puedo darles.
Y me he sentido decepcionado de mí mismo por haber hecho algo que en modo alguno quería hacer.
Acepta este día tal y como ha sido, con sus cosas buenas y sus cosas malas: te lo presento y te lo confío.
Renuncio a seguir pensando en ello.
Te entrego todo lo que ha sido bueno y te confío todo aquello que aún me sigue irritando.
Lo pongo en tus manos para que repose en ti y para que yo pueda dormir tranquilo en tus manos.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza