Casí en casa…
Me veo reflejada en el cristal de la puerta del edificio donde vivo,¡que pintas Señor!, esta mañana he estado media hora cepillandome el pelo para parecer a las siete un caniche desorejado, Señor ¿donde habré dejado las llaves?, no sé para que quiero tanto bolso, desde luego que llevo de todo pero nunca encuentro nada a la primera,mas que un bolso parece un agujero negro, creo que debería de comprarme algo más chico, claro que cuando salgo del curro también me sirve para ir al chino, desde luego caben un par de barras de pan sin ningún problema,no sé, debería mirarme otro bolso, jo, pero es que me costó una pasta.
Hoy me he llevado el libro para la meditación cristiana, pero salvo un ratito en el autobús, no he tenido tiempo de leer más que unas pocas páginas. Hace un tiempo que no hablo con el señor, me es dificil hablar con El.
Mientras introduces las llaves en la puerta del edificio donde vives, ves como el presidente de la comunidad se te acerca y te recuerda que llevas un mes de atraso con la comunidad. Lo que no sabe el susodicho es que este mes te has quedado en números rojos, es tu mes negro, el mes donde te pasan todos los pagos, el ayuntamiento, el seguro, la hipoteca, la luz, el teléfono,las clases de inglés de tu niña y no se que pago del agua, pago nuevo del que no sabías su existencia, vamos que estas peladisima.
Ay cabeza¡ para solo unos minutos! has pensado en estrangular a la mujer del presi, te ha tenido un cuarto de hora contandonte con todo detalle su próximo viaje por Alemania en un crucero por el Rhin, doce días a todo trapo,cuando tú no has ido más allá de Salou los últimos cinco años y eso que, a Dios gracias, ya que el piso de tu cuñada te sale gratis.
Aún tienes que preparar la cena para cuando llegue María, pero lo que te gustaría es tirarte encima del sofá y no hacer nada, estás harta de todo, de tu curro, de tus compañeros y de la pesada del cuarto la cual es tu amiga del alma, eso sí, eso solo lo sabe ella, pero la déjas que lo piense, siempre es bueno tener algún apoyo en el edificio.Al saber de tu llegada ha bajado a visitarte para que te apuntes a las clases de zumba que dan gratis en el local de la asociación del barrio. No estás tu para mucho baile ni trote,aunque piensas,que al menos te relacionas con otros seres humanos que no sean los de tu trabajo, que últimamente te estás convirtiendo en toda una ermitaña social.
Señor,te ha costado media hora, desde la entrada del edificio hasta la puerta de casa ¡vecinos! ¡Señor dáme paciencia!
Abres la puerta de tu casa, y vas directamente a la ducha donde permaneces 15 minutos bajo el agua apesadumbrada del día.Deseas ordenar tus pensamientos, pero tu cabeza es un hervidero. Hoy no has tenido un buen día, bueno, hace ya bastante tiempo que no sabes lo que es “un buen día”. Pero en fin, peor estabas el año pasado cuando te dejo ese galán de medianoche por esa pelandrusca teñida, madre, como pasa el tiempo. Pero no le guardas odio, no, ni mucho menos, para nada,no, solo esperas que “exploten” de tanto amor.
Qué bien se está en el sofá sin hacer nada.¿qué preparo? ¿una ensalada y una tortilla francesa para la niña? si creo que si, luego un buen vaso de leche y pronto a la camita, que ya vendrá de casa de mi madre con los deberes hechos del cole.
Yo, hoy creo que también picaré algo de ensalada y de postre una manzanita, luego me idiotizaré con la tele hasta acostarme.
Llaman al timbre. Es María mi niña.
¡Dáme un beso anda! ¿qué tal el cole? Bien te contesta,sin dejarte hablar te comenta, hoy he hecho una nueva amiga en el cole ¿sábes? ¿Ah sí? contestas, me alegro de que hagas amigas.
Se llama Gloria, es especial, apostilla. ¿a qué te refieres con que es especial? preguntas a María. Va en silla de ruedas, contesta. Hace un año sus papas murieron en un accidente y ella iba con su hermanito en el coche, solo se salvó ella, comenta inocentemente.
De repente, miras a tú hija, la abrazas cariñosamente y le vuelves a preguntar, ¿ y que habéis hecho hoy juntas?
Pues hemos hecho unas pulseras en la clase de manualidades? Mira, me ha dado Gloria esta pulsera para tí.
Mama ¿ y a ti que tal te ha ido el día?
Miras a tu hija y mientras le das un beso, le contestas.
Hoy ha sido un muy buen día hija.
Un muy buen día.