Que pintes el cielo de rojo,
en un atardecer inolvidable.
Que sonrías sin querer,
en el reflejo de un charco.
Que mantengas tu corazón,
en el calor de la hoguera.
Que tu Fe sea tu guía,
en el camino de tu vivir.
Que despiertes, sueñes y mueras,
atrapando estrellas con tus manos,
y liberando tu alma en el Señor.
Un abrazo.
Valencia, 24 de junio de 2016.