¿Quién derribará de sus tronos a los poderosos? ¿Quién dispensará a los que se enorgullecen en los pensamientos de su corazón? (Lc 1, 51 ss).
¿Quién pondrá orden en pensamientos confusos y erróneos? ¿Quién llevará la paz a los hombres de nuestro tiempo, para que puedan caminar con serenidad y seguridad por el camino de la esperanza?
La única respuesta es: la sabiduría de Dios.
D.G.;Zaragoza