En la antigua Roma se creía que el destino del hombre estaba ya marcado. Tres hermanas hilanderas hilaban con destreza el fino hilo de la vida de mortales y dioses, las llamaban Parcas o Suertes. Sus nombres Nona,Décima y Morta. De sus manos surgía el hilo de la vida de los hombres, el cual cortaban y así según el corte, sería la longitud de la vida de cada uno.Hilaban con lana blanca, la cual mezclaban con hilos de oro e hilos de lana negra, así según el color estos significarían los momentos de alegría o de tristeza.Ellas escribían en un muro de bronce el destino de los hombres el cual no se podía borrar, era definitivo.
Es curioso este pensamiento antiguo, en el que algunos incluso hoy en día parece estar de acuerdo. Pero si esto fuera cierto, y si nuestro destino estuviera ya decidido, para que preocuparnos por nuestros actos, porque no tirarnos por un precipicio o preocuparse por cumplir las normas de tráfico o de seguridad, si total, nuestro destino ya está escrito, en esas situaciones, no moriríamos, ya que no se habría cumplido nuestro tiempo,si lo pensamos fríamente, es algo totalmente ilógico.
En Eclesiástes 3;1-2, las escrituras hablan de un tiempo para morir, ¿acaso esto está de acuerdo con el pensamiento de las parcas? No, no es así, en el mismo Eclesiástes 7:17 nos dice: No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo?
Las escrituras nos enseñan que una persona puede acortar su vida siendo un insensato. Insensatos seríamos si nos lanzásemos a la carretera a 250 km por hora, o de encender una cerilla mientras estamos repostando el coche.
Las personas que no cuidan de su salud y se atiborran de grasas pueden acortar su vida debido a que puede cursar una mala salud cardiovascular y ser propenso a los infartos. O el fumador, está demostrado que un fumador, su vida se acorta en una media de cuatro años.
En Eclesiástes 9:11 leemos: -Me volví, y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontece a todos.
Aquí en Eclesiástes nos enseña que a pesar de las diferentes circunstancias que acontecen a las personas, a pesar de sus desigualdades, el tiempo y los imprevistos (ocasiones) nos pueden acontecer a todos, y que pese a que uno pueda ser muy prudente, lo inevitable también lo puede alcanzar.
Pero, nos podemos preguntar, ¿acaso Dios conoce de antemano nuestro destino? nuestras acciones ¿están ya de antemano reguladas o conocidas por nuestro Señor? El apóstol Pedro en 2 Pedro 3:9, nos dice que el Señor ..."es paciente con todos nosotros porque no desea que ninguno de nosotros sea destruido". Aquí Pedro nos recuerda que el hombre posee la libertad de elección en su vida, puede elegir seguir el camino de Cristo y salvarse, o por el contrario continuar por el camino de la destrucción, como se nos recuerda en Mateo 7:13,
"Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la destrucción. Mucha gente toma ese camino"
El cristiano ha escuchado el mensaje de Jesús, el cual nos anima a seguir su camino y a perseverar en el, las circunstancias de la vida pueden ser muchas, a veces nuestro camino será un camino feliz en ocasiones será doloroso, pero como Él nos promete en Deuteronomio 3:16
Sed firmes y valientes, no temáis ni os aterroricéis ante ellos, porque el SEÑOR tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará.
El Señor es nuestro Dios.
Abdías