Es cierto y es bueno que en las comunidades hay carismas, pero cuando no está al servicio de la comunidad y nos sentimos el centro de la realidad, lo vivimos todo en función de nosotros mismos.
La fidelidad en los grupos de Cristianos y Gays es poca y imprevisible. Los hay para todos los gustos y aficiones.
No existe la fidelidad al grupo. No se desea construir con el otro.
Una comunidad que ama engendra personas que aman, encaminándolas a consolidar la comunidad.
fr. Bernardo Yoel. Valencia