Jesús es la luz aunque nosotros nos resistamos a aceptarla. Una luz que ilumina las cosas bella de la tierra, para que demos gracias y alabemos a Dios por ellas. Una luz que ilumina nuestras miserias y las de la sociedad para que lechemos por corregirlas. Una luz que ilumina a TODOS los hombres.
¿Sería igual nuestro mundo si todos aceptamos la luz de Cristo? ¿Habría hambre, pateras, campos de refugiados en Lesbos? Gente del primer mundo durmiendo en los portales y los cajeros de los bancos?....
Jesús nos trae LUZ a todos, pero nosotros debemos aceptarla aunque sea unas horas a la semana. ¿A que esperamos?
fr. Bernardo YOEL Valencia.España