Sana mis ojos cansados que no aciertan siempre a ver destellos de lo sagrado en cualquier acontecer.
Que deteste la doblez del disimulo engañoso; que aprecie la sencillez de un corazón generoso.
Que pase por la vida con los sentidos despiertos, absorto y sobrecogido, con los ojos bien abiertos, para descubrir tu huella latente en la Creación, en lo bello de una estrella y en la paz de una canción.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza