Los discípulos han vuelto a Galilea. Siguen sin comprender nada. Van a pescar y no pescan nada, les falta Jesús. Lo mismo nos ocurre a nosotros. Es inútil que empleemos las tácticas y los medios más sofisticados para nuestro apostolado. Sin Jesús no obtendremos ningún fruto.
Llega Jesús y les dice donde deben echar la red. La pesca es espectacular. El discípulo amado es el primero en darse cuenta de que es el Señor. A Jesús sólo podemos acercarnos mediante el amor el que nos hace descubrirlo.
Y Jesús les recuerda la última Cena; esta vez con pan y peces (los primeros cristianos usaban como símbolo el pez) Jesús vuelve a reunirlos entorno a la comida compartida. Cuando nos encontramos reunidos en fraternidad, compartiendo, no necesitamos preguntas, Jesús está con nosotros cuando compartimos nuestro tiempo, nuestras cosas, nuestro trabajo, no hacen falta preguntas.
El Profeta de Nazared está con nosotros. ¡Es el Señor!.
fr. Bernado YOEL.c.g. ¡ SANTA PASCUA! Valencia, España