Jesús dice a sus amigos lo que será su vida: será rechazado por las autoridades,las personas "importantes" y lo matarán. A continuación nos dice las condiciones para ser su discípulo: olvidarnos de nosotros y cargar con la cruz de cada día.
Olvidarse de uno mismo es precisamente lo contrario de lo que la sociedad nos dice: Todo nos empuja a tener más, a ser más importantes, pensar sólo en nosotros mismos.
La sociedad nos predica que debemos esquivar las dificultades,los sufrimientos y buscar el máximo placer. Para conseguir esas cosas, no importa si hemos de hacerlo pasando por encima de los demás.
Ser Cristiano es seguir a Jesús. Parecernos lo más posible a Él. Cargar la cruz de cada día, ser honestos y luchar por un mundo mejor y más justo, aunque esto nos cueste sufrir.
El sacrificio no es el objetivo de los días de cuaresma, no se trata de maltratar nuestro cuerpo; ponernos a prueba con ayunos o penitencias...el objetivo de la cuaresma es profundizar en el amor y purificarlo para llegar a ser más misericordiosos los unos con los otros. Hay una cuaresma sólo ascética, que busca hacer méritos delante de un Dios juez y terrible. Hay otra cuaresma liberadora, que nos permite curar las heridas y inclinar nuestra cabeza en el pecho del profeta de Nazaret.
Bernardo YOEL. Valencia.España