Los leprosos en Israel, eran unos excluidos de la sociedad. Debían abandonar las poblaciones (como en la actualidad muchos gays y lesbianas que emigran a grandes ciudades para vivir con mediana tranquilidad) Sabéis que si alguien les tocaba era considerado impuro. Si se les curaba la lepra, eran los sacerdotes los que tenían que certificarlo.
Los leprosos son símbolo de los marginados de hoy. Marginado por el color de su piel,por su orientación sexual, por su condición social, marginados por su origen. Ellos nos piden que los curemos. Para curarlos hemos de acercarnos a ellos, tocarlos, no bastan las palabras. Hablamos mucho de ellos pero no nos implicamos, no los tocamos.
No mostramos a los compañeros de trabajo, vecinos...que no son diferentes, que son hijos de Dios. ¡Hay las iglesias! que predican muchos y no dan ni un grano de trigo!
fr. Bernardo YOEL. Valencia.España