el Señor me ha dicho: «Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad.» Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
2 Co 12,9
Estos días estoy meditando mucho en este texto. A veces encontramos resistencias y oposición, problemas y menosprecios, incluso indiferencia. Crees hacer lo correcto, buscas el bien, pero se convierte en maledicencia. No sabes cómo hacerlo mejor y te exiges más. Y te faltan las fuerzas, te sientes débil y pequeñito.
Y allí aparece, como siempre, Cristo, allí encontramos la fuerza del Espíritu, el amor de Dios. Mi amor es todo lo que necesitas, mi amor es suficiente, susurra en nuestro oído.
Y todo se calma, y todo florece y todo se pasa y con Teresa decimos, Dios no se muda.
Daniel, Asturias