La oración ocupa un lugar central en toda religión. Los cristianos lo hacemos siempre en el nombre de Jesús.
Él es nuestro modelo para dirigirnos a Dios y lo debemos hacer animados por los mismos sentimientos y la misma actitud que él tuvo ante el Padre.
Cuando oramos en nombre de Cristo, lo hacemos como miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia (Comunidad de bautizados).
Un cristianos no puede orar si no es abriéndose fraternalmente a los demás; por eso la oración en nombre de Jesús exige abrirse al perdón y a la reconciliación.
Al rezar no hacemos sino participar en esa oración que Cristo eleva al Padre por la creación entera.
Un abrazo, feliz Navidad y feliz año nuevo
D.G.;Zaragoza