De los textos de la liturgia de hoy la primera lectura (Nm 6, 22-27) es sin duda, para mi, la mas tierna.
Cuando voy a implorar de Dios la bendición al concluir la Eucaristía siempre suelo recordar a los presentes que bendecir es la capacidad de Dios de sonreírnos, de poder "decir bien" de nosotros, de que confía en nosotros...
Hoy tras recordar esta idea el hermano Alamo y yo nos hemos dado la bendición sacerdotal que el Señor prescribió a Moisés:
El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.
El Señor se fije en ti y te conceda la Paz.
Hoy pido al Señor haga llegar su bendición y colme de paz a todos los hermanos de esta Comunidad.
Un abrazo, feliz Navidad y feliz año nuevo
D.G.;Zaragoza