Hay una nostalgia mala, que es la de quien se ha quedado atascado en el pasado y se lamenta.
Pero hay otra forma de memoria que puede ser buena, cuando evoca episodios que te hacen fuerte y te dan motivo para luchar, un horizonte hacia el que caminar, y la seguridad de que hay vivencias que nadie te puede arrebatar.
Por eso es tan común, cuando nos juntamos los amigos, recordar sucesos de la infancia, de la escuela, de la juventud...
Porque todo es real y es parte del sustento sobre el que se van construyendo las vidas.
Termina el año y es tiempo de dar gracias y quizá de pedir perdón a nuestro buen Padre. Como también es momento de renovar el ideal de cada uno de vivir con alegría la Voluntad de Dios en este 2016 que ya comienza.
Con mi bendición, un abrazo, feliz Navidad y feliz año nuevo.
D.G.;Zaragoza