Jordi V
Miembro
Acabo de leer este artículo sobre el obispo (?) de Donosti José Ignacio Munilla:
Qué miedo me dan estas personas que saben perfectamente cuál es "la" verdad moral y que ven el "humo de Satanás" donde sólo hay Evangelio.
Un abrazo a los hermanos y hermanas de Donosti. Si yo estuviera allí necesitaría abrazos para sobrellevar a obispos como este...
Y no dice sino lo mínimo... La Diócesis de Gipuzkoa está padeciendo una invlución integrista sin precedentes. La limpia de gente "díscola", no afín a sus oplanteamientos ha dejado la diócesis como un erial... Existe un divorcio absoluto entre el obispo y su camarilla de fieles y la inmensa mayoría de los fieles... ¡Qué tragedia!, ¡Qué herencia nos dejó la era Rouco/Benedicto...!
Pero el espíritu sopla donde quiere y como quiere y no va a conseguir acabar con esta Iglesia... surgen por todos lados pequeñas iglesias domésticas donde vivir fielmente el Evangelio...
Un abrazo,
Mudejarillo,
País Vasco
Aiiins hermanos. Yo tuve el dudoso honor de compartir residencia con este individuo en mis años de joven teólogo en la pontificia de Burgos y el segundo día de comer con él no pude mas y le dije que por el bien común donde yo me sentara el no lo hiciera y donde él lo hiciera no me sentaría yo. Era la única forma de evitar ahogarlo en la sopa. Hablaba ¡pontificaba! con la soberbia de quien cree tomar café con Dios todas las tardes. Su nombramiento ("premio" que le otorgo Rouco por lo que "sufrió" Munilla con Setien) hizo temblar los cimientos del sentido común y lo que es peor, de la caridad.
Como decía un formador mío: Pidamos para que el Señor le de la luz, y sino... que le de la luz eterna.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza
HPMARTIN
Miembro
Somos unos demonios con cuernos y nos quemaremos en las llamas del infierno. Solo le digo al señor obispo dejanos en paz, que aqui en el infierno no estamos mal
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