Lucas nos dice que Dios habló a Juan en el desierto. Él hablará a los hombres que quieran escucharle en nombre de de Dios. Profeta no es el que adivina el futuro, sino el que habla en nombre de Dios, por que antes lo ha escuchado. Y esto se hace en el desierto, en la soledad...
Juan, como anunció Isaías, nos pide que preparemos el camino al Señor, no con una fiestorra y desmadre...El profeta de Nazaret, viene cada día a nuestro corazón. Para ello hemos de limar todas las dificultades. Allanar los caminos. Levantar los valles. Abajar las montañas. Enderezar los caminos. Es decir, eliminar todo lo que nos dificulta para encontrar la paz con nosotros mismos y con los demás, empezando por los más cercanos.Para mi es difícil, muy difícil,pero alguna piedra del camino intentare quitar.
Si hemos de recibir a Dios en nuestro corazón hemos de hacernos uno. Nuestra comunidad tiene que ser ecuménica, plural en el estilo y una en la Caridad, sin críticas ni chismorreos.
Mientras no caminemos de frente y busquemos caminos retorcidos para conseguir nuestro provecho,no habrá paz, ni unidad. No seremos Uno con la comunidad ni los hombre;no seremos uno con Dios. El día que lo consigamos, Dios nacera en nuestro corazón.
YOEL.Valencia. España