Bien conoces, Señor, cómo en nuestra vida necesitamos motivos y modelos para saber vivir esperanzados.
Tú te ofreces a nosotros como manantial de felicidad.
Llegas hasta cada uno mediante personas que nos confortan con su palabra, mediante ejemplos que nos llenan de ánimo.
Este mes sobre todo, llégate hasta nosotros al meditar en tu nacimiento.
Que Belén inspire en lo hondo de nuestra alma una gran esperanza.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza