Estimados hermanos:
En mi oración dominical de preparación a la Navidad han hecho eco en mi interior las palabras pronunciadas en el templo por Jesús: “ El Espíritu de Dios está sobre mi porque me ha enviado ... y a los cautivos la libertad”.
Este es el lema de los Paules y de muchas congregaciones, como el de las Mercedarias, colegio concertado de Chueca.
Hoy , salvo algún reducto, no hay esclavos. Ayer, oyendo la radio, un tertuliando ecologista, Araujo, me parece que se llamaba , aunque no lo recuerdo bien, alertaba sobre el calentamiento global. Por otra parte hoy empieza la cumbre del clima en París, en la que la humanidad se juega su futuro. Ante esto el ayuntamiento de Madrid, como algo simbólico, apagó las luces Navideñas durante un periodo de tiempo. Al final de dicha tertulia puso el director de la tertulia el Coro de los Esclavos del Nabuco de Verdi; ópera de una gran fuerza y carga emocional. El entrevistador le preguntó ¿ Que esclavitud padece la humanidad hoy? Pregunta que respondió diciendo que la mayor esclavitud que tiene hoy la humanidad, y en concreto la sociedad occidental es el consumo.
Si, el consumo es una lacra. El viernes, que necesitaba unos cascos para escuchar música fui al Media Mas; pues compré por ahorrarme un dinerillo en los chinos, que al final me resultaron caros porque la música suena a lata y termino con dolor de cabeza. Todas las grandes superficies del centro comercial Oeste de Alcorcón estaban a rebosar, con motivo del día de las rebajas heredado del marketing americano.
La gente compraba convulsivamente, grandes colas para pagar. Dicen que estamos en crisis, quizás sea este el motivo de tanta compra supuestamente barata.
Haciendo una reflexión sobre el consumo es evidente la constatación de que lo que consumimos innecesariamente repercute en el medio ambiente, pues lo que consumimos lo tenemos que sacar de algún lado, bien esquilmando la selva tropical, el petróleo, los fosfatos y recursos naturales de los países emergentes. Muchos de ellos son y si no lo evitamos el pulmón de la tierra. Este frenético consumo no lo podemos seguir manteniendo, pues además de la sobresaturación medioambiental, dejaremos sin recursos a las generaciones venideras. Estamos en una generación alocada y esclava de las campañas de marketing que incitan a consumir y a consumir esclavizándonos. Los bienes innecesarios a los que nos atamos y creamos dependencias absurdas que no satisfacen el vacío existencial de esta sociedad capitalista, neoliberal y nihilista.
Por otra parte ayer en Chueca con motivo del aniversario del Bear anunciaba una fiesta ¿ Qué es el movimiento Bear si no un estereotipo creado por el marketing yanqui para negocio de antros gays y bares de copas?. El hombre homo o hetero se enamora de personas, de una persona concreta y no de un producto de marketing, que muchas veces a ciertos gays les ciega para no encontrarse con la persona real tomando como modelo una paja mental producida por la publicidad y la moda. Decía uno que conozco me gustas pero como no tienes barba no puedo salir contigo ¡¡¡ Increíble, pero real como la vida misma ¡¡¡
Eduquémonos para la austeridad, para valorar nuestro entorno y conviertámonos a los valores de la simplicidad y al encuentro sencillo con el otro, despojándonos de lo innecesario. Pues luchar por un mundo ecológico empieza por cambiar nuestros hábitos.
Un abrazo
HILARIO
