Tú me has traído amigos que no me conocían.
Tú me has hecho sitio en casas que me eran extrañas.
Tú me has acercado lo distante y me has hermanado con lo desconocido.
Mi corazón se me inquieta si tengo que dejar mi albergue acostumbrado.
Olvido que lo antiguo está en lo nuevo, que en lo nuevo vives tú también.
En el nacimiento y en la muerte, en este mundo o en el otro, en cualquier sitio donde tú me lleves, tú eres tú mismo, el único compañero de mi vida infinita, tú que estás siempre atando mi corazón, con lazos de alegría a lo ignorado.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza