"Guardaros de la levadura de los fariseos. Porque no hay nada secreto que no llegue a descubrirse".
No es la única vez que el Profeta de Nazaret habla de la levadura. Intentemos con nuestra precariedad ser levadura que haga crecer la masa. No olvidemos que hay levadura mala, que destruye: la hipocresía. No sirve de nada ocultar lo que somos.
Jesús quiere que nos presentemos tal cual somos, sin hipocresía. Todos somos débiles y al mostrarnos así hará que nos comprendan mejor, y sobre todo, que seamos nosotros más comprensivos con los demás. A la larga, con la hipocresía, a los únicos que acabamos engañando es a nosotros mismo.
No es necesario lanzarnos de cabeza a la piscina, no olvidemos que la prudencia es una virtud.
bernardo YOEL. valencia.España