Había discípulos de Jesús, que no aceptaban que otros hicieran el bien, porque "no son de los nuestros".
Muchos siglos después, seguimos haciendo "capillitas" y seguimos envidiosos de que los otros también hagan el bien. Para Jesús, lo importante es luchar contra el mal, estar al lado de los "pequeños", no el formar parte de un grupo u otro. Si todos tuviéramos la fuerza de luchar contra el mal, de buscar la justicia en nuestra sociedad, al margen de nuestra ideología política, de nuestra confesión religiosa, de nuestra congregación...desaparecería el mal de este mundo.
Hoy, más que nunca, debemos tener claro que vivimos en un mundo plural. Lo importante es hacer el bien. Lo terrible es hacer el mal, "escandalizar con la posesión de la verdad"...Si no acogemos al "pequeño", debemos cortarnos la mano (cambiar nuestra manera de actual), cortarnos el pie (buscar otro camino), arrancarnos el ojo (desear el bien, ver el bien en vez del mal).
El día que comprendamos que todos somos hermanos , el mundo y las iglesias será el Reino de Dios.
YOEL cg. Valencia.España