Señor, tú te encuentras en la encrucijada de todos mis caminos:
camina conmigo las horas que me quedan.
Enséñame a vivir con animo trasparente
guarda mi corazón limpio de toda falta.
Enséñame a hacer el don total de mí, sin cálculos,
sin rodeos, sin reparos burdos o sutiles, sin espíritu interesado.
Enséñame el significado fresco y limpio de la disponibilidad.
Un abrazo
D.G.;Zaragoza