Que hagan objeto de una minoría sexual de persecución y odio no es nada nuevo. En la edad media estaba de inquisición la encargada de tostarnos en las hogueras, ahora no hay hogueras pero están las limitaciones, marginaciones y desprecios. A finales del siglo XX tomaron el relevo los nazis que dejaron un buen semillero que brota cuando menos piensas. En España con la ley de vagos y maleantes llenaron alguna cárcel y acojonaron a los que amaban de forma distinta. En la actualidad piensate antes de dar un beso a tu pareja que siempre hay un espontaneo loco que os parta la cara.
El régimen hitleriano, franquista, stalinista, maoista... consideraron y consideran a los homosexuales como seres degenerados y depravados de los que había que proteger a la sociedad, en particular a la juventud aria y a la juventud católica.
Los avances conseguidos por los derechos LGTB en los paises occidentales en las últimas décadas nos han hecho creer que el regreso del odio oficial era improbable.
El país donde se vive en nuestros días este alucinante retorno al pasado es precisamente Polonia, el país que los nazis construyeron Auschwitz. ¿No hemos aprendido nada los europeos?.
Después de las durisimas lecciones que hemos recibido de la historia sería tan insensato como cobarde en en la actualidad los -homosexuales o no- nos limitemos a asistir pasivamente al vergonzoso espectáculo de un gobierno de la UE que vuelve a poner en marcha la vieja dinámica de estigmatizacion de una minoría, marcándola ante la sociedad como una grave amenaza para los más jóvenes y preparándose para promulgar leyes que den cobertura legal a sus prejuicios. Los Europeos corremos el riesgo de ver como aquellos valores democráticos que creíamos eran los sólidos cimientos en los que se basaba nuestra vieja Europa se convierten poco a poco, ante nuestros propios ojos en humo... YOEL.cg. Valencia.España