Le piden un milagro y Jesús responde que el único milagro será el signo de Jonás, es decir, su muerte y su resurrección a los tres días. El verdadero milagro es su amor que nos salva. Su vida entregada por nosotros. Tenían el milagro delante de ellos, pero no sabían verlo. Su vida entregada por nosotros. Nosotros tenemos los milagros delante nuestro y no sabemos verlo. No sabemos ver esas personas, que tienen en sus casas un enfermo al que entregan todas las horas del día. No sabemos ver a esas personas para las que las necesidades de los demás pasan por delante de las suyas. No sabemos ver a la anciana que lo da todo, no lo que le sobra....Ese es el milagro de morir y resucitar con Cristo. Es el único milagro.
YOEL cg. Valencia