Hay soledades,como las deseadas,que son una bendición. Pero la soledad no buscada es un infierno. La persona que se siente sola es difícil,que aunque siendo cristiana,pueda sentirse conectada a la llamada Comunión de los Santos. Los que se fueron no les hacen compañía,los que necesitan oraciones tampoco,y los que están aquí poco harán porque sino no existiría ese sentimiento de soledad.
El sentirse solo es un cáncer que te devora por dentro,y es causa de sentirse desamparado,angustiado,con miedo...El sentirse solo baja las defensas y deteriora la salud física y psíquica. La soledad es un acto de crueldad social contra las personas que están así. Mejor sería que los echásemos a la calle y que tuviesen que vivir en cloacas. Estoy seguro que serían más felices,porque estarían juntos compartiendo el tener que vivir rodeado de ratas. No estarín ya solos,que es en mi opinión una de los sucesos de la vida que más dolor produce. La peor de las cloacas,si estuviesen acompañados, les haría sentir mejor que en una comodísima vivienda moderna donde no tiene a nadie con quién hablar ni a nadie a quién esperar. La soledad es lo peor que hay,y quién no la haya padecido no puede saber lo que es,porque es algo que solo se puede comprender cuando se ha vivido.
He conocido casos sangrantes,y la verdad,yo mismo viví ese sentimiento en una época,afortunadamente guardada en el baúl de lo que no debe recordarse y ya superada. Y somos muy egoístas y muy insensibles ante el hermano que se siente solo. Preferimos escuchar el lamento de cualquier cosa,antes del lamento de la soledad. Estigmatizamos,aunque sea inconscientemente,al solitario. Pensamos,sin darnos cuenta "algo raro tendrá,algo malo será"...si,pensamos eso. Rechazamos al que está solo.
No hacemos nada por estas personas. Y menos aún los que están comodamente instalados en una vida donde el calor humano no les falta. Y ya que no estamos dispuestos a hacer compañía a quién no tiene a nadie,al menos démosle algo de luz. Los que pueden luchar contra su situación,solo cabe aconsejar que luchen contra esa soledad yendo a lugares donde puedan sentirse integrados y con personas con las que puedan compartir desde aficiones y creencias.
Cuando la persona es mayor,inmigrante,enfermo,etc... solo cabe hacer como dijo Pedro al cojo: "No tengo plata ni oro,pero lo que tengo te lo doy,camina en nombre de Cristo". Y lo único que puedo darles se lo doy: información y teléfonos de servicios sociales y comunitarios donde puedan recibir ayuda. Siempre los llevo encima,para cuando me encuentro a personas así,en determinados días...
Os propongo que hagais lo mismo. No cuesta nada llevar en la cartera un papel con varios teléfonos. Lo poco que podamos hacer,hagámoslo.