Jesús nos invita a ir a la otra orilla, no nos quiere encerrados en nosotros mismos, tranquilos en nuestras seguridades..
Pasar a la otra orilla nos adentra en la tempestad y todo parece en contra nuestra. Si nosotros despertamos al Jesús que llevamos dormido,las tempestades se calmaran y los miedos desaparecerán.
Los seguidores de Jesús, vivimos un cristianismo descafeinada. Lleno de palabras, proyectos y "fiestas" pero con una vida alejada del Evangelio. Vivimos un cristianismo que ha dormido al auténtico Jesús. No es de extrañar que nos asalten los miedos a ponernos en camino...luego de los miedos, nos viene la indiferencia y después la nada...¡viva la fiesta!
YOEL