La tradición eclesiástica junto con la política en muchos estados, es contraria a las relaciones homosexuales. Durante muchos siglos, demasiados, los homosexuales hemos sido marginados, perseguidos, encarcelados...lo de encarcelados lo he conocido yo. Se nos ha definido y se sigue haciendo de muchas maneras todas ellas peyorativas...en la actualidad este desprecio y persecución sigue dentro de ambientes eclesiásticos.
Los católicos romanos, consecuentes con su doctrina mantienen una actitud agresiva. Hacen una diferencia entre orientación homosexual y la propia actividad. La primera no es considerada pecado (eso faltaba), si que lo es la segunda. Algunos documentos vaticanos de una forma muy sutil tambien condenan la orientación.
En cuento a los derechos humanos, la iglesia afirma que la tendencia homosexual es un desorden objetivo, y reclama una preocupación moral.
En España la mayoría de las iglesias de la Reforma´no ha superado la reacción tradicional y no solamente rechazan de los homosexuales sean reconocidos por sus iglesias si no que se manifiestan visceralmente en contra. La única iglesia que se ha declarado abierta a tener un tiempo de reflexión es este asunto ha sido la iglesia Evangélica Española. Ninguna iglesia evangéñica en España ha afrontado el asunto del casamiento religioso de homosexuales, ni en la posible ordenación de pastores homosexuales practicantes.
Como recordaba en el "País" Benjamin Forcano citando a Schillbeekx: "En la homosexualidad no hay una ética cristiana. Es un problema humano ha se ha de resolver de forma humana. No hay normas cristianas para juzgar la homosexualidad.
fr. Bernardo YOEL,cg, Valencia-España