Somos muchos los cristianos gays a los que nos gusta compartir unos días al año con una comunidad monástica. Cuando experimentas de cerca esta vida, te das cuenta de que el monj@ no esta alejado de la sociedad. El monje es alguien que, simplemente, unifica su vida en torno al "único necesario". Toda su vida, oración y trabajo, se encuentran en torno a Dios. Pero eso no hace del monje una persona solitaria, extraña que ni siente ni padre los acontecimientos que ocurren fuera de las tapias del monasterio pero con un pie puesto en el acelerador y otro en el freno.
Todos deberíamos ser monjes urbanos. Eso no quiere decir gente apartada de los demás, personas extrañas que no participan en la vida social, sino personas que unifican su vida en Dios.Y eso se puede hacer, rezando, evidentemente, pero también el el bus, el trabajo... Se puede ser activo, siendo profundamente místico. Es la diferencia que hay entre una persona que cae en el activismo y otra que se entrega constantemente a los demás con los ojos puestos en Dios, que en la mayor parte del día, significa tenerlos puestos en los demás...
------------------Ya descansa en Paz Pedro: ha quemado su vida por un ideal y una vocación de servicio a los marginados sociales en momentos nada fáciles. Ha llegado a la meta y nos ha dejado el triunfo de su tenacidad.
fr. Bernardo YOEL cg. Valencia. España
