Podemos encontrar a Jesús allí donde hay paz donde hay entrega. Pero el egoísmo y la violencia nos lo ocultan.
El mensaje del Profeta de Nazaret es claro: nos envía a los demás como Él fue enviado por el Padre. Es decir nos envía a ser mensajeros de paz y entregarnos a TODOS. Para poder realizar esta misión,nos da el Espíritu Santo.
Acoger al Espíritu es acoger la vida. Y al Espíritu se le acoge en el silencio, en nuestro interior, en la soledad. Un Espíritu que después nos lanzará hacia los demás. Un Espíritu que nos hará llenar el mundo de perdón y de amor.
La vida cristiana del hombre empieza con el aliento de Jesús sobre sus seguidores. Dios comunicó al barro la vida. Jesús da a los hombres el Espíritu que nos llena de Vida cada vez que lo recibimos. Un Espíritu que nos empuja a compartir esa Vida.
bernardo YOEL cg. Valencia. España