A través de su Ascensión, Cristo nos ha elevado a Dios. Ahora podemos decir realmente de nosotros que nos movemos en Dios y que vivimos en Dios y estamos en Él. Dios y el hombre se ven como uno solo, no a Dios sin el hombre ni al hombre sin Dios. No sólo estamos relacionados con Dios, sino que vivimos, nos movemos y estamos en Dios porque somos linaje de Dios, porque en nuestro corazón tenemos una esencia divina, porque interiormente somos semejantes a Dios, creados a su imagen y semejanza.
Feliz Domingo
D.G.;Zaragoza